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História Amigos - PETRA


Escrita por: LisLarbalestier

Notas do Autor


Disclaimer:Los personajes de SnK pertenecen a Isayama 'La Llama', yo solo me divierto con ellos.

Capítulo 2 - PETRA


Fanfic / Fanfiction Amigos - PETRA

PETRA

Nuevamente veía el resultado en aquel nuevo test de embarazo, y ahí estaba otra vez ese sentimiento de impotencia por no poder darle al hombre de su vida lo que más deseaba, ¿Por qué su vientre era infértil? Años y años de relación fingiendo ante sus amigos que todavía no creía el momento oportuno para empezar a tener hijos, cuando la triste realidad era que no lograba engendrar nada en sus entrañas.

Levi sabía cuánto quería hacerlo padre, también sobre su deseo de ser madre, el cual se acrecentó con el reciente embarazo de Mikasa, la chiquilla que conoció cuando cumplió diecisiete años y ahora con veinticuatro estaba a punto de convertirse en madre de su primer hijo.

¿Cuántas veces intentó quedar embarazada sin éxito? Y vino esa muchacha y al primer intento logró lo que ella nunca ha conseguido. Su corazón duele, más por la reacción de Levi en cuanto Mary les dio la noticia que por su desdicha. Por más que disimuló Petra lo conocía mejor que nadie, no pudo ocultar el dolor que atravesó su rostro, se sentía inútil, y aquello la llenaba de rabia.

Quiso intentarlo de nuevo, se dijo que tal vez estaba sometida a demasiado estrés por parte de su familia, su padre era el primero que hablaba sobre los nietos que aún no llegaban, trató de mentalizarse que era por eso que no terminaba de ocurrir, tal vez si se relajaba y dejaba que todo fluyera de un momento a otro podía darle la noticia que él también sería padre como el joven Jaeger.

Muy pocas veces vio a la hija de Erwin y Mary durante su embarazo, mas la última vez que lo hizo, el día de su boda, no pudo evitar sentir envidia al verla con el vientre tan abultado, ella apenas podía caminar unos cuantos pasos, su atlética figura había desaparecido y ya ni siquiera podía ver sus hinchados pies, pero Petra deseaba tanto estar así, que Levi la ayudara tal y como Eren lo hacía con su esposa después de la sencilla ceremonia.

Se propuso que no se daría por vencida, Levi no lo había dicho, pero sabía cuánto deseaba tener un hijo, una vez por accidente lo escuchó hablar con Erwin al respecto, ese día se emocionó tanto, porque justo empezaba a preguntarse qué pensaría él si llegaba a salir embarazada, pasaron años desde entonces y los resultados continuaban siendo negativos.

Levi le había dicho en una ocasión que ambos podían ver a un especialista, que tal vez era un problema de alguno de los dos, obviamente se negó, ella provenía de una familia llena de mujeres fértiles, pero entonces si no era ella la del problema, podía ser él y verlo derrotado por un resultado en contra era algo que trataría de evitar a toda costa... y si el problema era ella... no, no podía ser, ella tuvo una pérdida de su primer novio, recién estaba conociendo a Levi, sabía que ella podía concebir. Entonces ¿Por qué no podía salir embarazada?

Tiró la prueba de embarazo en la papelera, otra de tantas que ya ha utilizado en el pasado. Se recostó en la cama a esperar a que Levi llegara, ¿Dónde estaba? Ahora más que nunca necesitaba su abrazo, se sentía desolada y solo con él podía encontrar el consuelo que anhelaba su corazón.

Pasaron horas para que Levi llegara, ¿Tal vez tres? No lo sabía, se hizo la dormida, no quería que él viera que había llorado de nuevo por otra desilusión, amaba sentir el consuelo de sus brazos pero también odiaba su lástima, porque estaba segura que él creía que la del problema era ella. Nunca le dijo que antes de estar con él estuvo embarazada, su aborto era el único secreto que Levi no conocía de ella.

Notó los fríos labios de él sobre su frente, cuando lo sintió alejarse se permitió observarlo de espaldas, se quitaba la camisa en su trayecto hasta el baño, estaba a contra luz así que solo podía apreciar la silueta de su cuerpo, un recuerdo la hizo sentir una opresión en el pecho, uno que era frecuente hasta hace unos tres meses.

Recordó la primera vez que aquellos rasguños en los brazos y espalda de su marido la hicieron replantearse si estaba haciendo algo mal, durante meses sufrió en silencio la agonía de estar perdiéndolo, nunca se atrevió a encararlo pues tuvo miedo a la respuesta que él le daría. No era estúpida, sabía que Levi tenía una amante, una que le encantaba dejarle sus marcas sobre la piel, tal vez con el propósito de hacerla rabiar, pero entonces fue más inteligente, nunca reclamó nada y al final fue como si esa mujer hubiera desaparecido para siempre.

Su tranquilidad volvió de la noche a la mañana, tal y como llegó, muchas veces quiso ponerle rostro a la mujer en cuestión, luego se arrepintió de siquiera pensarlo, no iba a torturarse de esa forma. Por eso ahora más que nunca quería salir embarazada, necesitaba que Levi tuviera presente que pasara lo que pasara entre ellos, siempre tendrían ese lazo irrompible. O bueno, aquello parecía perfecto en su mente, ya de vuelta a la realidad sus planes fracasaban uno tras otro.

Escuchó como el agua de la ducha caer, se puso en pie y caminó con dirección al baño, al llegar junto a la puerta vio a un lado sobre un sillón el saco que terminaba de quitarse, por costumbre lo tomó entre sus manos y aspiró el aroma, ya no olía a ella, su amante, aunque había pasado tiempo desde la última vez que percibió su aroma, algo le decía que aquella aventura no había terminado. Se quitó esas ideas locas de la cabeza y se propuso darse un nuevo intento, se quitó la ropa y entró con sumo cuidado al baño.

Cuando entró a la ducha lo encontró apoyado con una mano sobre la pared mientras el agua corría libremente por su cuerpo desnudo, ni siquiera notó su presencia y si lo hizo no lo demostró en ningún momento. Se abrazó con fuerza a su espalda, necesita tanto la cercanía de su cuerpo, pero él la apartó de golpe como su su tacto lo quemara.

—Ahora no Petra, necesito estar solo.

Ese fue el inicio de sus cada vez más frecuentes rechazos, al principio lo atribuyó al posible regreso de la amante, luego descartó la idea, él simplemente estaba distante, incluso más que antes, se lo veía pensativo... una vez llegó a casa y lo encontró borracho con la oficina hecha un desastre; lo que fuera eso que le pasaba era algo demasiado duro para que lo tuviera en ese estado, nunca en los años que llevaban juntos lo vio con nada fuera de lugar, era un maniático de la limpieza y el orden, aquello era surrealista.

Llamó a casa de la familia Smith para hablar con Erwin, necesitaba saber qué pasaba con Levi, él como su mejor amigo debía estar al tanto de lo que ocurría, para su sorpresa ni él ni Mary estaban allí, la muchacha de servicio le informó que sus señores estaban en Trost porque "la señorita Mikasa dio a luz", según las palabras de la doméstica.

El dolor de antes volvió, se alegraba por esa muchacha pero no podía compartir su felicidad, no cuando ella no podía conseguir lo que Mikasa logró con tanta facilidad.

Se quitó esos pensamientos de la cabeza —a fin de cuentas esa muchacha no tenía la culpa de su infelicidad— y se dispuso a levantar a Levi del suelo, no entendía la manía de los hombres con solucionar todo con alcohol hasta llegar al punto de la inconsciencia.

—Levi. —Dijo dándole golpecitos en la cara— Levi despierta, no puedo cargarte hasta la cama, por lo menos trata de ayudarme ¿Sí?

Lo vio abrir los ojos, se quedó largo rato viéndola como si se tratara de una especie de aparición, luego la tomó del rostro e hizo ademán de levantarse, pero fue inútil, estaba como una cuba.

—Levi déjate de tonterías y vamos a la cama, necesitas descansar. —Aunque en su mente creyó más oportuno meterlo en la ducha y darle un café bien cargado, pero descartó la idea al tener en consideración que odiaba el café.

Nada, tendría que dormir la borrachera y aguantarse la resaca del día siguiente a punta de ibuprofeno y jugo de naranja. Lo llevó casi a rastras, por lo menos despierto podía cargarlo, pero cómo lo encontró hubiera sido un milagro llegar a la puerta cargando todo ese peso muerto.

Al llegar a la habitación lo recostó en la cama, después de quitarle los zapatos y el saco se acostó a su lado, no pudo evitar acariciar su rostro, ¿Qué pasaba con Levi? Se abrazó con fuerza a la cintura de él, tanta era su frustración que no pudo evitar sollozar.

—No llores mi amor, no llores más. —Lo escuchó decir, levantó la vista y ahí lo vio, observándola con ternura—. Soy un idiota por hacerte llorar tanto. Te amo Mikasa, y verte así me lastima tanto como a ti.

Luego de decir eso volvió a caer en la inconsciencia, Petra se levantó incrédula por lo que acababa de pasar, Levi acababa de llamarla Mikasa, y le había dicho que la amaba en medio del delirio de la borrachera. Su mundo comenzó a dar vueltas a su alrededor, ¿Era ella?

Recordó que hasta antes de que saliera embarazada la hija de Erwin Smith trabajaba con Levi, ellos llevaban años conociéndose, desde que ella era una niña. Sintió asco de solo imaginarlo con aquella muchachita de diecisiete años, pero luego fue cambiada por la imponente imagen de esa jovencita de veintitrés cuando volvieron a reencontrarse, Mikasa estaba recién comprometida con Eren Jaeger y era más que evidente que anhelaba comerse el mundo.

Tenía que ser Mikasa, ninguna otra mujer estuvo tan cerca de Levi los últimos dos años como ella. ¿Cómo no se dio cuenta antes? ¿Por qué fue tan ciega si lo tenía en las narices? Era una mustia, una hipócrita, una... la maldita se burló en su cara, no podía evitar recordar todas las veces que compartieron juntas, mientras era la misma que dejaba aquellos arañazos y mordiscos sobre la piel de su marido.

La odiaba, pero no le daría el gusto, Levi era suyo, ella era solo una aventura, seguro fue Mikasa quién se le metió por los ojos, él no pudo haberla engañado deliberadamente, era demasiado correcto como para hacer algo con lo que se arriesgaba a perder la amistad de Erwin.

No había dudas, tuvo que ser ella, siempre le vio un interés hacia Levi, pero aquella vez lo atribuyó a un capricho adolescente, él no pudo traicionar a Erwin por propia elección, se negaba a pensarlo, esa chica, sí ella tuvo que ser la que se insinuó.

Se levantó de la cama porque la sola idea que él fuese el que inició aquel tórrido romance la enfermaba, en su mente solo imaginaba a Levi yaciendo con Mikasa a espaldas de todos, burlándose de Eren y de ella.

Esa muchacha terminaba de convertirse en madre y Levi estaba destrozado, si hacía cuentas él la dejó hace relativamente poco tiempo, ¿Se atrevió a acostarse con ella a sabiendas que cargaba al hijo de otro en las entrañas? A menos que...

Desechó esos pensamientos, Levi no sería capaz de renunciar a un hijo suyo, además ella llevaba tiempo intentando quedar embarazada y no resultó, Petra sabía que podía concebir, tenía que ser él el del problema, se negaba a imaginar que otra le dio en tan poco tiempo lo que ella no pudo en años, Levi no pudo haber sido tan inconsciente.

Como acostumbraba no fue capaz de enfrentarlo ni reclamar nada, mayor era su miedo de escuchar la verdad de sus labios y que aquello fuera la causa de su ruptura, recordaba perfectamente aquel «Te amo» dirigido a otra, mismo que cada vez más le desgarraba el alma.

Por su parte Mary Smith ni siquiera le notificó el nacimiento de su nieto ni que estaba en la ciudad al cuidado de su hija, Petra lo sintió como un golpe bajo, lo atribuyó a que a lo mejor la mujer estaba al tanto de la relación extramarital de su hija y como era lógico ésta estaba de su parte, no podía traicionar a 'su hija'.

Una mañana se topó con Eren Jaeger en el hospital Shiganshina, el recién estrenado padre estaba retomando su residencia y ese era su primer día de trabajo luego de tomarse unas merecidas vacaciones post parto. Se lo veía feliz, aunque las ojeras bajo sus ojos mostraban los signos de la paternidad primeriza. Se preguntaba qué pensaría Jaeger si supiera que su mujer era una traidora que lo engañaba con el mejor amigo de su padre, un hombre que le doblaba la edad.

Alejó esos pensamientos nada propios de ella, sabía que si decía algo Eren iría directamente a enfrentar a Levi y quién sabe lo que podría ocurrir después, lo poco que conocía al muchacho le dejó ver que tenía una personalidad explosiva y lo que menos quería era ocasionarle un problema a su marido.

Lo último que escuchó del muchacho fue la invitación a que visitara a Mikasa, así podía conocer al pequeño Sören, el nombre en un principio la desconcertó, no era muy común y estaba segura haberlo escuchado antes. No le dio importancia, se despidió prometiendo pronto esa visita a la joven señora Jaeger y se dispuso a salir del recinto hospitalario.

Su visita al centro de salud distaba mucho a la de Eren, si bien era enfermera hace más o menos un año no ejercía como tal, su visita al hospital era personal, después de rebanarse la cabeza pensando en las posibilidades de que ella fuera la del problema de fertilidad decidió dar el paso que se había negado durante años, necesitaba ahora más que nunca saber que todo estaba bien con ella para luego convencer a Levi de hacerse un chequeo y descartar cualquier cosa. Sus resultados estarían hasta dentro de una semana, misma que se le haría eterna.

Cuando iba camino a casa giró en otra intersección y condujo con rumbo al apartamento de los Jaeger, la curiosidad la carcomía, tanto que cuando se dio cuenta ya había aparcado frente al edificio donde estos vivían. Ya estaba allí, ver a Eren ese día sería la excusa perfecta, se armó de valor y llamó al portero para que la anunciara con la dueña de casa.

Tardó unos cuantos minutos en responder y hacerla pasar, intuyó que si tenía un poquito de vergüenza tal vez se debatía entre hacerla pasar o dejarla afuera, obviamente siguió el protocolo de lo socialmente correcto, no es como si ella estuviera enterada de la aventura con su marido.

Al tocar el timbre fue Mary quién la recibió, sonrió con dulzura aunque por dentro se estuviera muriendo, saludó entusiasmada a la recién estrenada abuela y cómo no enseguida preguntó por el pequeño motivo de su visita. Se sentaron en el sofá por varios minutos hasta que Mikasa hizo acto de presencia.

Se la veía hermosa, la maternidad le sentaba de maravilla y eso era algo que ni la misma Petra podía negar. Saludó a la joven de beso cual Judas traicionado a Jesús, no podía creer que con esa cara de quién no rompe un plato fue capaz de meterse entre Levi y ella, la odiaba como nunca creyó odiar a alguien.

Platicaron largo y tendido sobre el parto y lo posterior a éste, cómo el joven matrimonio se adaptaba a los horarios del bebé y todo lo que implicaba, Petra no se pudo resistir y pidió conocerlo, Mikasa estaba un tanto renuente, decía que últimamente se había vuelto un tanto paranoica y no le gustaba mostrar mucho al bebé.

Insistió tanto que Mary tuvo que decirle que se lo mostrara, a fin de cuentas Petra era como de la familia, le sonrió a Mary por considerarla como tal, pero no olvidaba el hecho que la mujer no le avisó ni siquiera que estaba en la cuidad. Dejó pasar el asunto para después, Mikasa ya había accedido a mostrarle al pequeño Sören y ella estaba deseosa de verlo.

La vio tomarlo entre los brazos y darle acurrucarlo en ellos antes de tenderlo hacia ella, cuando por fin lo tuvo entre los suyos sintió que el alma se le caía a los pies, ese bebé era perfecto, era tal y como había soñado que serían sus hijos con Levi, aunque de vez en cuando creyó que tendrían el cabello cobrizo como ella.

Comenzó a llorar como tonta al confirmar con sus propios ojos la verdad que tanto temía. Mary le quitó al niño y Mikasa simplemente se quedó observándola, quizás comprendiendo que Petra sabía toda la verdad, pero antes de afirmar tal cosa disfrazó esas lágrimas de dolor con un comentario que estaba segura le dolería a la muchacha.

—Lo siento tanto, han de ser las hormonas. Es que me imaginé con un niño en brazos que no pude contener el llanto. Levi y yo estamos tratando desde hace mucho tener un bebé hoy estaba en el hospital y creo que esta vez sí dio resultado.

El silencio sepulcral le dijo que en efecto Mikasa y Mary no se esperaban tal noticia, aunque la última enseguida quiso arreglar la situación fingiendo alegrarse por ellos. En cuanto a su hija, insinuó sentirse mal así que se disculpó y se retiró a su habitación con el bebé.

Petra no quiso ser mala, no estaba en su naturaleza serlo, pero la hipocresía de Mikasa no tenía límites, necesitaba sentirse victoriosa en algo, así se tratara de una mentira como la que acababa de decir.

Terminó la visita y luego volvió a casa, allí la soledad la recibió, Levi estaba fuera de la ciudad y no le quedaba de otra que vagar como alma en pena por el lugar. Si tan solo esa muchacha no hubiera aparecido de nuevo en sus vidas nada de eso estaría pasando. ¿Por qué la hacía sufrir de esa manera? ¿Por qué la traición?

Y así una a una de esas preguntas se iban amontonando en su cabeza, esperando por algún día obtener respuestas, mismas que conseguiría en el momento que decidiera armarse de valor y enfrentara a Levi, estando dispuesta incluso a perderlo después de conseguirlas.

Se acostó en el sofá e hizo un ovillo con su cuerpo, se sentía tan sola y vacía...


Notas Finais


Juro que estoy escribiendo I Did It Again!, solo que voy pasito a pasito, suave suavecito.. jajhssjass ya mátenme.


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