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História Elle Avery y el misterio de Hogwarts - ♕La carta de la suerte♕


Escrita por: EllieBorja_

Capítulo 2 - ♕La carta de la suerte♕




Capitulo 1: La carta de la suerte.


Como todas las mañanas, Elle despertó a las nueve y media. Su primera visión fue todos y cada uno de sus dibujos enmarcados en la pared, hojas y colores esparcidos por su escritorio.


Pronto pensó que tendría que recoger todo su pequeño desastre antes de que su madre llegará y empezará a recitarle un gran sermón. Ya se imaginaba el escándalo que provocaría por unos simples colores. Empezó a acomodar unos colores cuando todo se puso de su contra, pues su madre ya se encontraba tocando la puerta de su habitación.


—Elle, es hora de levantarse -habló a través de la puerta.


-Madre ya lo sé, bajo en unos segundos, sólo espera unos minutos ¿si? -contestó de vuelta al mismo tiempo que acomodaba algunas cosas.


-Bien, entonces abre la puerta. Que tu sabes muy bien que cuando uno se despierta no se va a quedar encerrado en su habitación ¡Hay muchas cosas por hacer!


-Vale, sólo que...


-¿Sólo qué Elle? Abre esa puerta ahora, contare hasta tres si no la abriré yo misma como pueda.


Elle tomó una gran bocanada de aire, todavía de encontraban algunos instrumentos para dibujo, hojas, además de ropa desparramada en las esquinas. No podía recoger esto en un par de segundos por lo qué no le quedaba otra alternativa más que abstener a un regaño.


Abrió la puerta con resignación y se encontró a su madre. Con una mirada reprobatoria al no seguir sus ordenes en cuanto se lo dijo. Inspeccionó el lugar con su mirada mientras ella la miraba fijamente esperando su regaño pero eso nunca ocurrió.


Abrió la puerta con resignación y se encontró con su madre, con su frente en acto como siempre, sus rizos bien acomodados y su mirada reprobatoria al no haber seguido sus ordenes en el momento que se lo dijo. Elle la miró fijamente esperando a que reclamará por el estado de su habitación, sin embargo, cada movimiento que su madre hacia para registrar la alcoba de la chica no decía palabra alguna.
-Cambiada y arreglada en diez minutos que el desayuno estará listo -sentenció su madre para después desaparecer por el pasillo.


Elle le dirigió una última mirada totalmente desconcertada y volvió a entrar a su habitación sin esperarse encontrarse todo en su lugar, acomodado perfectamente


¿Cómo pasó esto? ¿Acaso estaba delirando?


Después de haberse tomado el tiempo de cambiarse, la chica bajó confundida ante los sucesos que habían pasado tan sólo hace unos minutos. No sólo por el hecho de que su habitación tuviera la habilidad de realizar el aseo por si misma, sino también porque su cabello pudo peinarlo de una manera más decentes a los días anteriores. Esto no pasaba todos los días, ni siquiera fue así el día de su cumpleaños.


-Buenos días -saludó a su familia en cuanto se sentó en el comedor.


- Buenos días, Elle -contestó su papá tranquilamente mientras su madre la miraba de pies a cabeza inspeccionando que todo en ella estuviera en orden. Su hermano solo le dirigió una mirada maligna, algo tramaba.


-Madre, ¿lo has notado? ¡Elle ha peinado su cabello! -comentó entre un tono burlón pero elegante, Ethan el hijo mayor de los Avery.


-Siempre lo peino Ethan -comentó ella ya cansada de sus comentarios.


-Yo no le llamaría peinado al nido de ratas que llevas siempre con una liga a tu alrededor-replicó este a su vez.


-Basta Ethan, se respetuoso con tu hermana -volvió a hablar su padre con aquel tono pacifico. Siempre era de esa forma, Elle nunca recuerda haberlo visto con una actitud diferente. Ni siquiera riendo.


Minutos después la madre de Elle sirvió a todos en su respectivo plato el desayuno, que constaba de huevos y tocino fritos acompañados de un refrescante jugo de naranja. En el transcurso sus padres conversaron sobre un tema totalmente aburrido al que no prestó la más mínima atención. Sólo quería saber lo que se haría el día de hoy, ya que su madre tenía siempre algo preparado para hacer en el día. Cuando Elle dio el último sorbo a su jugo, también dio por terminado su desayuno y en ese instante su madre por fin le dijo que irían al centro comercial a probarse los uniformes escolares.
Elle entraría a su primer año en secundaria mientras que Ethan estaba en ya en el tercer grado. Un momento después su padre le dio permiso de retirarse por si tenia algo que hacer, y efectivamente, quería ir por su bolso donde guardaba un pequeña libreta y un lápiz pues ir al centro comercial era sumamente aburrido.


-Elle, puedes ver si ha llegado el correo -pidió su padre antes de que se marchará. Y en efecto, en el recibidor ya se hallaban un par de cartas. Las tomo todas y las empezó a inspeccionar pero hubo una que sin duda llamó su atención, en ella había un sello rojo donde se podía ver claramente un león, una serpiente, un tejón y una águila, además de la letra "H" en el centro.


Volteo la carta después de haber visto aquel peculiar sello y se encontró con unas letras brillantes escritas con un bello color esmeralda.


Srta. E. Avery
Cuarto del final del pasillo.
Grimmauld Place, 9
Londres


-¡Elle! ¿Se puede saber porque tardas tanto? -su madre la trajo a la realidad después de haberse quedado boquiabierta, ¿quién la habrá dejado esa carta? dejo la carta sobre las escaleras y se dirigió hacia el comedor le entregó las restantes a su padre.


Posteriormente fue a su habitación y en el trayecto aprovecho para tomar la carta, poder esconderla en algún lugar seguro y leerla más tarde. Porque si llegará a mostrarla a su madre se estaba arriesgando a que ésta se la quite porque es de un desconocido y es totalmente peligroso.


Cuando llego a su habitación pensó que lo mejor sería ponerlo debajo del colchón, sin embargo, su madre sería capaz de encontrar algo ahí. Así que opto por ponerla detrás de un cuadro de sus tantos dibujos enmarcados. Le echo un último vistazo a la carta deseando abrirla en ese mismo instante pero se tuvo que contener.


Fue hacia la ventana pues cerca de ahí estaban colgadas unas cuantas bolsas donde Elle llevaba lapices y cuadernos pequeños cada vez que salían. Miró al vecindario y se encontró con un clima nublado, ya lo suponía.


En ese instante fijo su vista en el número 12, de ahí estaban saliendo sus vecinos alegremente. Según la madre de Elle, eran gente extraña por lo que era mejor mantenerse alejados de ellos. Aunque para la chica de cabellos pelirrojos, sus vecinos lucían bastante normales además de que tenían pinta de ser amables. Elle los siguió observando antes de que desaparecieran y antes de que doblaran la esquina distinguió algo que llamó su atención. Se trataba de el hijo mayor de la familia quien parecía muy emocionado con una carta en sus manos. Si la vista no le fallaba, aquel sobre poseía un sello idéntico al suyo pero sin duda supo que se trataba de la misma cuando vio unas brillantes letras en color esmeralda. Entonces las ansias de abrir su carta regresaron, al menos sabiendo que ya tenía a quien preguntar quien mandaba la carta.


-Elle, Ethan, ¡es hora de irnos! -su madre hablo desde la otra planta y no dudo en bajar lo más rápido y tomar su bolso antes de salir.


[...]


Durante su salida, Elle pasó las horas más aburridas en el centro comercial. Sólo probándose uniformes, medirse nuevos zapatos para después visitar a su abuela. Lo único que deseaba era regresar a casa, leer aquella carta y si tenia dudas ir al número 12 con sus vecinos, incluso en el poco tiempo que tuvo para dibujar, dibujo cartas con sellos rojos y signos de interrogación.


Pero sus planes no salieron como lo deseaba, en cuanto puso un pie en el interior de su hogar, los amigos de Ethan llegaron para salir un rato y su madre insistió en que los acompañara. Bruce y Riley no eran tan agradables como los veía su madre o su hermano. De hecho, al igual que Ethan para ser mayor que ella eran demasiado infantiles y su juego favorito era molestarla por lo que cuando vio como la saludaban con una sonrisa maligna, supuso que no iba ser nada bueno y cuando su hermano se unió a ese grupo de sonrisas a Elle no le pareció divertido.

-¡Guerra de lodo! -sentenció su hermano mayor y pronto su cara estaba llena de lodo.


«¡Toma esto!» «Mira, a que no pueden lanzar así» Escuchaba decir a su hermano y amigos. Elle solo trataba de cubrirse y corría a cualquier lado pero ellos eran más rápido y tomaban más de la sustancia que se encontraba en sus césped.


Pronto salio su madre y miró a su hija quien estaba sucia.


-¡Dios mio! ¿por qué estas así Elle? -dijo la señora Avery.


-Mamá Ethan fue empezó a tirarme lodo -explicó Elle.


-Ethan, sabes que no debes de jugar así con tu hermana, quiero que te laves las manos ahora -el chico solo asintió lentamente -. Y tu Elle pasa, necesitas darte un baño.


«Tendremos invitados para la cena y a ti se te ocurre dejar que te llenen de lodo» Su madre decía esta misma frase cada vez que pasaba algo así, cambiando sus palabras un poco, pero siempre reprochándole como si su hermano fuera un ángel que no hiciera nada.


A veces solo deseaba tener tranquilidad, dibujar por horas y que su familia no la molestara pero eso era casi imposible.


Después de más sermones por parte de su madre, Elle subió a su habitación y tomó un reconfortante baño, cuando ya se encontraba totalmente limpia y cambiada su mente no decía otra cosa más que abrir su carta. Cerró con suma lentitud su puerta para que su madre no se percatará de ellos y de un momento a otro la carta estaba entre sus manos a punto de ser abierta, cuando lo hizo sintió como su corazón se aceleraba. Entonces vio el contenido y pudo empezar a leer.


COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA


Directora: Minerva McGonagall
(Orden de Merlín, Segunda Clase, Gran Hechicera).


Querida señorita Avery:
Tenemos el placer de informarle de que dispone de un puesto en el Colegio Hogwarts de Magia. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios.
Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.


Muy cordialmente
Neville Longbottom
Director adjunto


Elle se quedó boquiabierta, no podía ser posible ¿ella una bruja? ¿qué le diría su madre? ¿le creería? La chica pasó minutos con la carta entre sus manos releyendo cada palabra una y otra vez.


No sabía si aquello era cierto, pero de alguna forma era como si hubieran escuchado sus plegarias. Pues amaba a su familia pero en la forma en que trataba de tener todo en orden y a la perfección hacían que ella pensará en alejarse de ellos un pequeño tiempo.


"Colegio Hogwarts de magia" repetía su mente una y otra vez. Ahora tenía más dudas pero tendría que esperar hasta el día siguiente. Volvió a esconder el sobre detrás de su marco para bajar al comedor una vez más no sin antes decirle unas palabras de despedida: - Hasta luego mí carta de la suerte.






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