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História I Did It Again! - CAPÍTULO 4


Escrita por: LisLarbalestier

Notas do Autor


Este es el último que tengo publicado. Ya la próxima semana regreso con uno nuevo.

Capítulo 5 - CAPÍTULO 4


Fanfic / Fanfiction I Did It Again! - CAPÍTULO 4

Disclaimer: Los personajes de Shingeki no Kyojin son de la Llama, digo Hajime Isayama, el mata waifus y husbandos...

CAPÍTULO 4

Los primeros días trabajando con Levi podía considerarlos los más exasperantes en su corta vida laboral, el hombre vivía con un humor de los mil demonios, ¿Qué hizo para merecer aquello? Ah sí, acabar esa absurda relación que no los llevaba a nada.

Al parecer el idiota no se tomó bien su rechazo, en los tres días que llevaban trabajando casi en el mismo espacio sus miradas frías e inexpresivas la dejaban un tanto confundida. Bien, si se sinceraba consigo misma quería ser ella quien  mostrara indiferencia, al ser él el indiferente la hacía sentirse rechazada y sus miedos volvían.

¿Por qué no terminaba de decidirse? Era lógico que quisiera mantener las distancias, eran familia y estaba mal, pero tenerlo cerca la hacía revivir cada una de las veces en que la hizo estremecer. Un cosquilleo se instauró en su vientre. Mantenerse lejos le iba a costar más de lo que creía.

Levantó la vista al sentir su mirada sobre ella.

—Buenos días, señor Ackerman. —Lo saludó con la misma frialdad de todos los días.

Él la recorrió con la mirada, deteniéndose de nuevo en su rostro. Levantó una ceja después de ver quién sabe qué, lanzó un pequeño resoplido y pasó de ella, ni siquiera respondió a su saludo, cosa que la molestó sobremanera.

—Al menos ten la educación de saludar. —No pudo contenerse y terminó por encararlo.

Se detuvo ante la puerta de su oficina, creyó que diría algo a su reclamo, pero tal y como sucedió la vez anterior, la ignoró y entró sin siquiera brindarle una mirada de soslayo.

Se contuvo de seguirlo, sabía que si lo hacía terminaría arrepintiéndose de sus acciones. Volvió a tomar asiento en su escritorio a esperar a que le diera la gana de dirigirle la palabra.

Comenzó a revisar la agenda que tendrían pautada para ese día, él tendría que salir para una reunión con los dueños de una cadena de supermercados especializados, estos eran unos posibles clientes, pues querían que la naviera Ackerman fuera la encargada de traer un cargamento de alimentos proveniente de Sudamérica, cuya producción era de aquella región..

Era sin duda un movimiento arriesgado, hasta ahora no tenían contratos de ese tipo, si bien la naviera traía gran parte de la importación del país desde distintas partes del mundo, nunca habían trabajado con alimentos, menos proveniente desde un lugar tan lejano como América del Sur.

Levi no había querido decir nada al respecto, al parecer le gustaba tener el control de todo, ni siquiera había solicitado su presencia en la reunion, cosa que le pareció extraña al ser su asistente. Creyó que podría ser necesaria para tomar notas sobre lo pactado en la reunión.

Se hicieron las nueve de la mañana, la hora de la reunión era a las diez, volvió a saber de Levi justo en ese momento, salía serio como siempre cargando su inseparable maletín, trató de decir algo con respecto a su ausencia pero su acción quedó en el aire al escuchar la presencia de una mujer entrando a ese piso.

—Siento la tardanza, no sabía dónde estaba tu oficina.

—Tranquila, has llegado justo a tiempo para irnos. —Dijo viendo su reloj y después volviendo su atención a la joven dama frente a él.

No supo por qué la presencia de esa mujer la incomodó, pero enseguida miles de preguntas comenzaron a inundar su mente ¿Iría con esa a la reunión? La miró de arriba abajo, era bonita, admitió para sí, y algo en la confianza con la que se dirigió a Levi le disgustó.

Carraspeó fuerte para atraer la atención de las dos personas que hablaban frente a ella como si no estuviera lo presente. La mujer la vio y sonrió ampliamente antes de acercarse a su escritorio.

Sin borrar la sonrisa en su rostro saludó tendiendo una mano hacia ella.

—Hola, tú debes ser Mikasa, Levi me ha hablado mucho de ti. Yo soy Nifa Strauss.

—Gusto en conocerte Nifa. —Dijo sin responder al protocolo del apretón de manos, la presencia de esa mujer la llenaba de inquietud.

Teatralmente disimuló el desagrado que sufrió ante el rechazo de Mikasa. Volvió a darle una sonrisa de comercial de dentrífico.

—Espero que podamos llevarnos bien. Ya sabes con eso que ahora trabajaremos juntas. —Dejó caer con inocencia.

Mikasa enseguida buscó la mirada de Levi, éste la desvió evitándola de lleno, pero ella no se quedaría con eso. ¿Cómo que compañera? ¿No le bastaba con una sola asistente?

—Podría explicarme a lo que se refiere la señorita Strauss, señor Ackerman. —Indagó esperando una respuesta a esa locura.

—No era la forma en que quería que lo supiera señorita Ackerman. —Por primera vez utilizaba ese apelativo hacia ella, a pesar de su frialdad de los últimos días no dejó de llamarla por su nombre— La señorita Nifa Strauss es mi asistente personal desde hace tres años. Llegó ayer de Múnich a retomar el empleo que tenía conmigo allá.

Tenía razón al sentirse amenazada con la presencia de la tal Nifa, y claro ahora entendía esa confianza de ella al tutearlo. Lo que no entendía era si la quería como asistente entonces, ¿Qué hacía ella allí?

Él mismo le pidió a Grisha que trabajara como su asistente. La inesperada llegada de esa ¿Dónde la dejaba?

—Vamos retrasados, cuando vuelva le daré más detalles sobre la incorporación de Nifa al personal. Hasta luego señorita Ackerman.

Y sin más se perdió dentro del ascensor, la mujer corrió a su lado y antes de que las puertas se cerraran le dio una sonrisita triunfal.

Se sintió enojada, a tal punto que el bolígrafo que tenía en su mano terminó hecho añicos. ¿Qué diablos se traía Levi entre manos? ¿Quería jugar con ella? Botó el desafortunado objeto víctima de su furia y se puso de pie, necesitaba hablar con Grisha.

—A esa chica no le gustó nada saber que compartiríamos puestos de trabajo. —Dijo juguetona, tratando de acomodar la corbata de Levi.

—Basta, no necesito que hagas esas cosas, cualquiera podría entrar y malinterpretar las cosas. —Le dio una mirada severa, ella era así, debía ponerla en su lugar.

Ella hizo un puchero al que no dio importancia, en su mente solo una cosa lo mantenía inquieto, Mikasa.

Cuando llegó a la oficina la vio tan concentrada en lo que hacía que ni siquiera notó su presencia, llevaba rato observándola, estaba hermosa, su cabello lacio estaba algo ondulado en las puntas, sujeto con unas pinzas y el flequillo hacia un lado dejaba a la vista su bonito rostro.

Cuando lo vio con esos enormes ojos gris topo y le regaló el más frío de los saludos cayó en cuenta que no se había arreglado para él, la miró de arriba abajo y se detuvo en su poco maquillado rostro, no necesitaba de mucho.

Levantó una ceja interrogante, ¿Para quién se vestiría así? Por mucho que su amiga haya abogado por ella, le era imposible creer que no hubiera alguien más. Seguía viéndola mensajeando con alguien, y su indiferencia hacia él le mostraba que había pasado la página, en seis días.

Eso lo hacía sentir furioso, ella nunca tomó enserio nada, nunca le importó esa 'relación' que tenían. Comenzaba a dudar si los excesos de pasión fueron solo de su parte, solo él enloquecía con el simple roce de sus labios, los suaves suspiros escapando de estos, con aquellos arrebatos de furia y sus uñas haciendo estragos en su carne.

«Maldición».

Solo le bastó la excusa de su parentesco para darle una 'patada en el culo'. Por mucho que Sasha la defendiera era más que obvio que ella era fría, no sentía afecto ni apego por nadie, lo suyo fue una experiencia más entre las tantas relaciones que tendría.

—Levi, ya vamos a llegar. —La voz de Nifa lo trajo de vuelta a la realidad, no fue consciente ni del momento en que subió al auto.

El chófer se estacionó frente al hotel donde él se hospedaba y su acompañante le dio una sonrisita juguetona.

—Kenny nos espera.

Puso los ojos en blanco, tenía que ver qué mierdas quería ahora.

—¿Los ejecutivos están con él? —Preguntó mientras se dirigían hasta la recepción.

—Llegarán a eso de las once. Antes tu tío quiere aclarar varios puntos de la reunión.

—Bien. —Respondió sin más. Sabía que dijera lo que dijera no cambiaría ninguna de las exigencias de Kenny.

La recepcionista los anunció y luego les indicó dónde estaba la habitación de su tío.

—¿Y ya has pensado dónde vivirás los próximos años? El señor Ackerman quiere que te decidas rápido.

—He visto uno que otro piso, pero nada que me convenza del todo.

—Tan exigente como siempre. —Dijo con una sonrisita sardónica—. Deberías decidirte de una vez, sabes que tu estadía en el hotel cuesta mucho para el grupo, sobretodo con tus rigurosas exigencias. No eres lo que se dice un huésped normal.

Levi resopló exasperado, sus peculiaridades como ella le decía a su obsesión con la limpieza hace mucho la tenía a raya. No negaba que de vez en cuando era exigente y parecía un maniáco, pero tampoco para que exageraran.

—Ya pronto tendré casa propia y dejaré de ser una pérdida de dinero para los Ackerman.

—Tómate tu tiempo, a fin de cuentas nunca haces todo lo que Kenny quiere.

Llegaron a la suite donde el idiota de su tío se hospedaba, suite presidencial, por qué no lo sorprendía, a él siempre le gustaba presumir de su posición.

Tocó la puerta, segundos después la sonrisa prepotente de Kenny les dio la bienvenida.

—Pequeño Levi, qué gusto verte de nuevo. —Saludó sin dejar de lado el insulto implícito en su frase—. Y a tu perro faldero, la señorita Strauss.

Levi lo saludó como de costumbre, obviando la mofa hacia su estatura, para nadie era un secreto que su intención era cabrearlo, solo que él era más maduro que eso y pasaba de sus insultos disfrazados.

—Déjate de sandeces y explícate por qué tenemos que tener tú y yo una reunión privada antes que vengan los ejecutivos de Biomarket.

—Siempre yendo al punto, tengo que admitir que en eso eres bueno. Con razón el viejo se apiadó de ti y te dejó  parte del número de acciones del grupo, aunque no las suficientes para que pudieras pasar por encima de mí.

Levi rodó los ojos, claro, tenía que recordarle que su madre tenía su porcentaje de su parte y se tenía que limitar a lo que dijera su tío. Quién sabe con qué la tendrá engañada para que le diera la espalda en la junta directiva. Su madre podía llegar a ser manipulable a tal punto de no escuchar razones, más si éstas son en contra del hermano perfecto.

La maldición que siempre tuvo fue ser un bastardo dentro de la familia, el hijo de la deshonra.

Su madre cometió el error de liarse con un hombre que no estaba a su altura, de esa relación prohibida nació él, no sabía quién era su padre, su madre prefirió guardarse el secreto y lo condenó a vivir siempre relegado a un segundo plano, señalado por sus vergonzos orígenes.

Sí bien su madre no era una jovencita cuando lo concibió, pues tendría sus casi treinta años para ese entonces, fue una mancha en el orgullo Ackerman que la princesa de la familia fuera una madre soltera. Solo dio detalles escuetos como que era un hombre de clase baja y no estaba a su nivel como para siquiera pensar casarse con él.

Cuentan que su abuelo la persuadió hasta el cansancio para poner un rostro y un nombre al padre del bastardo que manchaba el nombre de su familia, pero Kuchel ni se inmutó ante las amenazas del viejo.

No le dio la espalda, porque más vergonzoso sería que una Ackerman quedara desprotegida de su seno familiar, mucho menos la hija del que era cabeza de familia.

Con la ayuda de su primo Kevin —quien para entonces era un adolescente— su madre sobrellevó su embarazo con total tranquilidad, a menos hasta que ocurrió la desgracia. Los ancianos cuentan que Kuchel tuvo un parto prematuro por una estrepitosa caída que amenazó la vida de ella y el hijo que llevaba en sus entrañas, o sea él.  Según dicen nació prematuro, muy delgado y con bajo peso, muchos incluso atribuyen su baja estatura a que no terminó su desarrollo en el vientre materno.

Kenny siempre hacía referencia a su tamaño en tono jocoso porque nunca aceptó que gracias a él Kuchel perdió algunos privilegios, sin contar que tuvo que ser madre soltera.

Era el bastardo y eso era algo con lo que siempre tendría que lidiar, "lo que no te mata te hace más fuerte" le dijo Petra una vez, cuando aún había confianza entre ellos y eran buenos amigos, ni siquiera se les pasaba la idea de llegar al altar cuando ella recitó aquellas palabras que calaron fuerte en él.

—Sabes que nunca te he tenido en buena estima, nunca perdonaré que hayas arruinado la vida de mi hermana, pero debo admitir que has sido una pieza clave en la consolidación del Grupo Ackerman, la cuestión es esta. Necesito que des el visto bueno a este negocio, es mucho dinero el que hay en juego y sin duda pondrá a la naviera de Kevin, que en paz descanse —dijo con fingida pena— en la élite de transporte marítimo nacional. He conseguido este contrato después de muchas negociaciones de por medio.

—Entiendo tu punto —Interrumpió el discurso de Kenny— pero bien sabes que esta empresa no se especializa en carga de ese tipo, al contrario, estuve inspeccionando la flota y no la veo en condiciones para transportar alimentos, creo que no pasaríamos las inspecciones de salubridad porque bien sabes que lo que transporta la naviera son maquinarias, vehículos, recursos no renovables como petróleo, etc. Trabajamos con el sector industrial, no estamos en condiciones de asumir una responsabilidad como esa.

Kenny sonrió hacia él como si lo que acababa de decir no implicara nada serio, cuando claramente violaba las leyes de sanidad, al tener una flota no apta para transportar alimentos.

—Levi, pequeño sobrino, si hago esto es porque ya tengo cubierto todo, el Grupo ha decidido hacer una pequeña inversión a la que pronto veremos fruto con este nuevo negocio. Tres naves pronto atracarán en el puerto de Hamburgo con las siglas de la naviera impresas en ellas, y serán puestas en funcionamiento cuanto antes para hacer este tipo de trabajos. Ya sabes, necesito que esto sea rentable, justo ahora no se saca el máximo provecho al patrimonio de Kevin —sonrió de forma perversa— y quiero una empresa consolidada para el momento en que me la entregues.

Levi frunció el ceño, no olvidaba que la única forma para desprenderse del yugo familiar y obtener su ansiada libertad era poniendo en bandeja de plata la naviera Ackerman.

En parte era una de las razones por las que se dijo debía hacer caso al distanciamiento entre él y la mocosa, desde que le puso rostro a su objetivo y saber que era la misma persona que en pocos meses llegó a dominarlo de una manera casi obsesiva, lo hizo poner todo en una balanza y decidirse que nadie valía tanto para dejar de lado su libertad.

Esperó por mucho una oportunidad, no la desperdiciaría por Mikasa, además ella ya en esos pocos días 'conociéndose' le había demostrado cómo era. Él no tendría que sentir ningún tipo de remordimiento por el pasado que los unía si a ella no le importaba en lo más mínimo.

¿Que era egoísta? Sí, demasiada mierda tuvo que soportar durante toda su vida, ahora que estaba más cerca de conseguir lo que siempre quiso nada lo iba a detener.

Continuó su reunión con Kenny, por más que lo odiara y el sentimiento fuera recíproco, ambos sabían que sin el apoyo del otro no podrían lograr nada, su tío quería su parte del consorcio familiar y la naviera, él que los Ackerman lo dejaran hacer sus negocios lejos del control del Grupo.

Era un trato justo.

Y Mikasa... —la recordó hablando con alguien por teléfono el miércoles en la mañana—, ella bien podía irse al diablo con todos los demás Ackerman. Ya se las arreglaría ella sola. Bien dicen en la guerra y los negocios todo se vale, fue una lástima que precisamente ella fuera el blanco de Kenny.

Después de hablar con Grisha y exigirle una explicación de por qué otra persona aparecía por la oficina diciendo que compartiría puesto de trabajo con ella, en vez de tranquilizarla lo que hizo fue alterarla más, tanto así que terminó recogiendo todas sus cosas y se regresó de nuevo al archivo, lugar de donde dijo a todo pulmón, nunca debió salir.

Su padre adoptivo trató por todos los medios de convencerla que era normal que Levi trajera a su asistente personal con la que llevaba años, pues esta conocía al pie de la letra sus exigencias.

Con los mismos argumentos de Grisha ella refutó su punto, ¿Entonces por qué ofrecer que trabajara con él desde un principio? ¿No le era suficiente con la tal Nifa? ¿O es que las cosas cambiaron al saber que era la mujer con la que antes se acostaba? —Esto último solo quedó en su mente, ni loca se atrevería a gritarlo a los cuatro vientos— Al traer esa mujer desde Múnich el mensaje era claro, a ella no la necesitaba.

¿Y qué hacer cuando no eres necesaria en algo? Tomar tus cosas y marcharte, o eso fue lo que interpretó Mikasa. Era muy testaruda, tanto que Grisha terminó dándose por vencido, no tenía caso querer hacerla entrar en razón.

Estaba lanzando improperios en contra de Levi —empezando por hacer alusión a su estatura y mal humor que tuvo que soportar el martes y miércoles durante toda la jornada laboral—, cuando Sasha entró al pequeño espacio donde estaba su escritorio.

La joven se notaba preocupada al ver a Mikasa con una actitud tan poco propia de ella, pero últimamente actuaba de forma 'poco propia en ella', y todo era a raíz del más reciente problema en la vida de su amiga, o sea Levi Ackerman.

—Quieres calmarte y decirme lo que te pasa. —La aludida vio a Sasha con cara de 'no estoy para charlas', pero Sasha era más insistente que eso y continuó preguntando.

—Bien, tú ganas. —Dijo dándose por vencida, a fin de cuentas era Sasha y no saldría de allí sin respuestas—. Pasa que el imbécil de Levi se apareció con una tal Nifa Strauss que supuestamente será su asistente personal.

Sasha comenzó a reír con su respuesta.

—¿Eso es todo?

—¿Te parece poco? —Objetó casi de inmediato.

—No, pero ¿Era necesario armar tanto alboroto mudándote de nuevo para acá​? ¿Por qué no esperas a que llegue y explique mejor las cosas? Todos sabemos que la empresa está a la espera de algo grande y todo está en manos​ de tu primo, para eso está aquí.

—Ni lo menciones. Pero si se supone que trabajaría con él para aprender de 'el mejor' yo debería estar en esa reunión 'tan importante', no la tal Nifa. A fin de cuentas esta será prácticamente mi empresa cuando ya no necesitemos de sus servicios.

Sasha sonrió al verla refunfuñando de esa forma.

—Lo que tienes se llaman celos. —Mikasa la vio como si se hubiese vuelto loca—. No me mires así, actúas como una novia celosa, y es normal, lo suyo fue muy intenso y es lógico que al verlo con otra mujer te salga esa vena posesiva.

—No digas tonterías, yo no estoy celosa. Es solo que me siento como una idiota al creer que sería tomada en cuenta en los asuntos de la empresa.

—Como sea, es lógico que traiga a alguien de su entera confianza consigo. Está en un terreno desconocido, además no te debería importar si esa tal Nifa y él tienen algo más. Recuerda que ante los ojos de todos ustedes son... familia.

—Vamos Sasha, la familia no tiene nada que ver en esto, empezando por él a quien no le ha importado siquiera el lazo que nos une.

—Lo que dije, estás celosa de tu nueva compañera.

—Y si así fuera qué. No es como si hubiese pasado tanto tiempo desde que supimos la verdad. Tú mejor que nadie sabes que estoy emocionalmente inestable en estos momentos.

Sasha asintió entendiendo perfectamente su situación, no era fácil para ella manejar todo aquello, por suerte esa tarde pedirían la tarde libre y asistirían a su cita con la doctora Zoë. No era que no confiaba en Mikasa, pero conociéndola, cuando el agobio la sobrepasaba terminaba mandando todo al demonio.

Ya habían acordado que la acompañaría y ya luego de haberse adaptado confiaría en que no dejaría nuevamente sus terapias con su psiquiatra, que era con lo que siempre tenían​ que lidiar.

La señora Jaeger ya estaba al tanto de que retomaría las sesiones, nunca estuvo de acuerdo con que las abandonara, menos con los antecedentes que la precedían.

Aunque claro, Carla imaginaba que todo era por el compromiso de Eren, desde que Mikasa se enteró de la verdad de su relación la pobre mujer temía que recayera. Pero estaba el detalle Levi del que solo Sasha tenía conocimiento.

—Hola cariño. —Dijo la hermosa mujer que en ese momento entraba a la oficina de Grisha.

—Hola querida. —Respondió éste llegando hasta ella y dándole un tierno beso en los labios—. ¿Qué te trae por aquí?

—Vine porque acompañaré a las chicas a la cita de Mikasa, ¿Sabes que decidió volver a sus terapias? Y yo estoy muy feliz por ello.

Grisha se pellizcó el puente de la nariz, ahora entendía la actitud de la muchacha, claro no podía ser de otra forma, estaba en sus momentos inestables, la mínima situación de estrés la consumía.

—¿Crees que lo de Eren tenga algo que ver?

—Por supuesto, sabes que todo lo relacionado a Mikasa tiene un motivo y es nuestro hijo. Sabes que no quiso hacerle daño, es más, nadie la quiere tanto como él, por eso mientras ella no esté bien es mejor que Eren esté lejos, aunque mi corazón de madre sufra por ello.

—¿Y si ella nunca mejora? ¿Cuántos años ya llevamos en esto Carla? Necesito que mi hijo vuelva, no puedo mantenerlo lejos solo porque ella empeorará. Hace un rato hizo una escena solo porque dice sentirse burlada y reemplazada por la nueva asistente de su primo. Estando Eren o no, ella no termina de avanzar. 

—Solo hay que darle tiempo. —Trató de convencerlo su esposa, pero ya la situación de Mikasa comenzar a salirse de las manos.

—Hablaré con Zoë, no es posible que llevemos cuatro años en esto y ella en vez de mejorar va en retrocedo.

Carla tomó del brazo a su marido, no podía siquiera pensar eso, más sabiendo el avance que había tenido la chica.

—No puedes decir tal cosa, sabes muy bien que la Mikasa de hace cuatro años es muy distinta a la de hoy. Nuestra hija no ha vuelto a intentar quitarse la vida y eso es un avance.

Grisha no discutió, era cierto, la pequeña Ackerman no había tratado de suicidarse de nuevo, pero no creía justo que su hijo siguiera pagando por los errores del pasado, esa era una de las razones por las que lo mandó a estudiar lejos.

Por suerte había conocido a esa muchacha Annie, lo había ayudado mucho a superar la tormentosa situación con Mikasa y ahora estaba seguro era un hombre nuevo, con un futuro prometedor lejos del drama que los consumió por años, ahora era su hermana la que necesitaba encaminar su vida.

—Todo volverá a la normalidad, más ahora que por iniciativa propia está buscando ayuda. Tenemos que tener paciencia. —Dijo Carla sacándolo de sus pensamientos—. Además después de que todo esto pase, podríamos presentarle a Zeke.

Grisha la vio como si se hubiese vuelto loca ¿Mikasa y su primogénito? Era una locura por donde lo viera, primero porque él le sacaba casi una década y segundo no terminaría un problema con uno de sus hijos para iniciar con otro.

Definitivamente no.

—Ni lo pienses, la situación con Zeke sería muy diferente que con Eren.

—Está enferma Carla, no condenaré a mi otro hijo pasar por el infierno que ha pasado Eren, me rehuso y no hay súplica que valga. Mikasa necesita alguien que sepa lidiar con sus locuras.

Grisha explotó la situación con la hija de su amigo lo tenía al borde del precipicio, problemas por aquí, problemas por allá, y todos eran causados por la muchacha, no es que le reprochara, nada de lo que hacía era a conciencia, pero él ya había tocado techo.

Cuando decidió cuidar y criar a la hija de Kevin no imaginó las consecuencias de su decisión, era de los que pensaba en cómo hubiese sido todo si ella hubiera crecido con los Ackerman, tal vez no estaría pasando por todo este drama y no se sentiría como si le hubiese fallado a su mejor amigo, porque por todo lo que pasaba Mikasa creía era por su culpa por no haber tomado las decisiones correctas.


Notas Finais


N/A: He vuelto, sé que no tengo excusas que valgan, la verdad llevo como dos semanas sin actualizar y siendo sincera con ustedes la primera semana no llegué porque en vez de escribir me eché una cruda que luego no podía ni con mi alma xD. Y la segunda, pues ya las que compartimos el grupo de WhatsApp saben la razón jajajdja tenía más de 5 días sin internet 7n7 y mis datos eran un asco.

Bien aquí comenzamos la confusión, ya en el próximo capítulo, que está a medias y creo que lo publicaré el viernes —no me crean— aparecerá Hanji y conoceremos más a fondo la enfermedad de Mikasa, aquí vimos algo desde la perspectiva de Grisha y Carla y no tiene nada que ver con la percepción de la realidad según nuestra prota. Hanji será vital para desentrañar este misterio.

Por otro lado también vimos un poquito de los orígenes de Levi y parte de sus pensamientos, al principio parecerá un hdp y lo será porque piensa no detenerse ante nada, tiene un objetivo claro y no lo hará a un lado por Mikasa ni nadie.

Ya desentrañaremos sus secretos también y veremos si al final cambia sus prioridades.

Aunque no lo crean me gusta ser algo cruel, no sé, nunca he creído en las historias donde conoces al amor de tu vida, te olvidas de todo y tratas de cambiar para bien, no es que sea imposible, pero seamos sinceros eso no ocurre de un día para otro, al contrario pasa después de 'joder' todo y eso es lo que harán nuestros protagonistas, meter las dos patas hasta el fondo.

Espero les guste el cap, ah y agregué a Nifa porque nunca está demás algo de celos, ya hay de parte y parte xD.

Ahora sí, Chau,

Lis :)


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