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História La Piedra y el Sol - Sabor a Hiel


Escrita por: bsar1990

Capítulo 1 - Sabor a Hiel


Fanfic / Fanfiction La Piedra y el Sol - Sabor a Hiel

La dulce mañana, estaba bañada del aroma a café y esa brisa que te dice que será un grandioso día. Acabo de ducharme y ponerme el uniforme, agradezco que es el último año que lo usaré, mientras muchos de mis compañeros están melancólicos por ello, yo no puedo esperar más a salir de esa caja de fósforos a que llaman colegio e ir a la universidad.

Mientras bajo las escaleras hasta la cocina, puedo oler con mayor gusto el café de mamá recién hecho, y escuchar claramente las noticias deportivas de papá, podría sonar a que somos una familia perfecta... realmente para mí lo es.

-¡Buen día Familia!- digo mientras automáticamente agarro una porción de dulce que está sobre la mesa deslizando mi dedo sobre él, no puedo resistir a este hábito tan desagradable, pero en definitiva todo sabe mejor así.

-¡Buen día!- respondió mamá con un abrazo, mi padre al unísono de ella también saluda, aunque él suena más como si estuviera gruñendo, sí, ese es mi padre, no ha despegado la vista de la pantalla, creo que adora en demasía los deportes.

Me siento a tomar mi desayuno, y en mi cabeza comienzo a contar los días para la graduación, cuando el sonido que indican que terminan las noticias deportivas me despierta, para que mis oídos se enganchen con esas palabras relatadas en una cortina de hielo, es lo que hace que pierda el apetito, como cada vez que llegan a mí ese tipo de noticias.

El hombre del noticiero tiene el rostro serio y al costado derecho de la televisión se ven las imágenes de un circuito cerrado.

"En esta madrugada se ha registrado nuevamente un asalto a mano armada en la vereda de un supermercado de la ciudad"- Dice el hombre del noticiero, yo bajo mi taza y miro a esa caja llena de colores, mis ojos ahora mismo pesan un millar-"La víctima una anciana de 87 años, recibió un disparo que acabó con su vida, según las imágenes del circuito cerrado denotan a la víctima le costó sacar la billetera del bolso debido a que sufría de Párkinson."

No puedo escuchar más, mi corazón da saltos horribles, siento mi alma destrozarse, mientras en mi cabeza solo se transmite una pregunta entre todas mis neuronas. ¿Por qué? .

Me levanto para ir al baño corriendo, siento la mirada de mis padres sobre mi mientras me pregunto si lograré llegar.

¡Justo a tiempo!, me arrodillo frente al excusado y vomito, prácticamente jugo gástrico y nada más.

Escucho a mi madre venir hasta aquí y solo pienso en trancar la puerta, me levanto bruscamente para tirarme sobre la perilla y así poder asegurarla, «esto es horrible», me recuesto contra la madera de la puerta y aprieto mis ojos con fuerza intentando meter aire a los pulmones como sea.

Voy a lavarme los dientes y la cara, sólo veo mi rostro pálido marcado por dos ojeras gigantescas, odio mirarme al espejo, y en este momento lo odio aún más.

"Ni siquiera sé quién es" digo mientras me lavo otra vez, " La humanidad es un asco"

¡Maldita sea, era una anciana, una anciana que quizás tenia nietos, a quien la esperaban en la casa para el desayuno, a quien alguien quería abrazar a su llegada, a quien alguien necesita con desespero... y unos imbéciles cegaron su vida!.

Respiro profundo una... dos... tres veces, preparándome para ignorar a mi madre. Al abrir la puerta ella solo me pasa una toalla y a la vez mi bolso de colegio, veo desde donde estoy que mi padre está sacando la televisión de su lugar lo que me genera rabia, cuando me dispongo a preguntar mi padre me interrumpe.

- Gizah y Helios te buscan, apúrate que se te hace tarde- noto la preocupación en su voz, pero entre nosotros existe una regla que jamás se estableció pero que existe, nos limitamos a decirnos lo necesario. Yo solo asiento y miro a mi madre que sigue allí, ella me da un abrazo y yo le correspondo, como tratando de buscar un refugio en ella, su piel siempre está fría, pero amo estar en sus brazos.

-¡Chau!- le digo a mis padres con las ganas de salir ya, pues no aguanto más la agonía de verlos tan preocupados, pero tampoco quiero hablar.

-No olvides que hoy tendremos cena, no tardes, o iré a buscarte- Mi padre finge una sonrisa para mí, yo sólo niego con la cabeza mientras salgo con otra sonrisa falsa en los labios, sin olvidar el sabor a hiel que quedó en mi garganta.

Gizah y Helios están afuera como dijo mi padre. Mi amiga tiene una sonrisa en el rostro, y esa es real, ella siempre tiene una sonrisa para mí, siempre está bonita y radiante, a lado está él, con la mirada fría y vacía, a veces pienso que lo odio, pero sé que no es verdad, no podría odiar al hermano de mi mejor amiga, pero en definitiva él si me odia a mí, Helios es y será mi enemigo natural, porque simplemente mi presencia lo molesta en todos los sentidos.

- ¡Hola Zafiro!- Dice ¡Ja! Mentira ella grita desde la vereda agitando sus manos en el aire, me acerco hasta ella intentando mantener mi falsa sonrisa. Helios empero sigue con el rostro inexpresivo, recién cuando estoy junto a ellos él me saluda con un gruñido casi como el de mi padre, pero la diferencia radica en que mi padre me transmite cariño, Helios no me transmite nada, bueno quizás si me transmita algo... miedo

-¿Estudiaron para la parcial de hoy?- pregunto mientras subo al auto de Helios atrás entre las millones de cosas que hay allí, porque es así, el auto de este chico siempre está lleno de cosas.p

-¡Si!- responden ambos al unísono, estos mellizos son una especie de opuestos, pero obviamente así se complementan.

En todo el camino hasta el colegio decido entregarme al silencio, logro despistar a Gizah fingiendo que leo mis apuntes, con el gruñón no hay problemas, no nos hablamos muy de seguido, pero ésta mañana siento su mirada sobre el retrovisor, y eso me incomoda en demasía. Cuando llegamos al colegio aún tengo una imagen nítida de la noticia que terminó en vómito, tengo tantas preguntas pero decidí empujar la imagen al fondo de mis pensamientos en aquel rincón donde van mis sentimientos sórdidos y escabrosos, estaba tan metida en ello que no sé en qué momento bajé del auto de Helios y entré al colegio.

Llegando al salón de clases mientras estoy distraída siento una mirada fría sobre mi cuello, la piel se me eriza automáticamente, no sé por qué pero evito girar, pues no quiero mirar atrás, es algo que me he dicho desde pequeña, otra regla impuesta a mí misma, pero que jamás mencioné, <<no mires atrás cuando tengas miedo, solo avanza y confía>>. El problema es que en verdad no sé en quién estoy confiando. ¿En Dios,? No, no creo en él, ¿En mi misma? Tampoco.

Sigo caminando hasta que ese escalofrío se mezcla con el sonido de su voz.

-Oye Zafiro- Esa Voz... ¿Helios? En verdad me está hablando, ¿Por qué? Me detengo en medio del salón y espero hasta que venga a lado mío, lo miro extrañada, él casi nunca, para no decir nunca, me habla en el colegio.

- Mira, sé que no te sientes bien-no pude evitar la mueca que se escapó de mi interior como diciendo: ¿En verdad me estás hablando?. En sus labios se forma una sonrisa tan discreta, pues obviamente entendió mi incomprensión ante ésta situación, nunca lo había visto sonreír- Sólo, relájate, eres buena estudiante, pasarás el examen.

Fue todo lo que me dijo, giró y fue a sentarse a su lugar, yo estaba perpleja y debió haber sido muy obvio pues Andree, mi mejor amigo quien venía entrando al salón me miró preocupado. Helios cree que estoy preocupada por el examen «Iluso...»

Todos ya estaban en sus respectivos lugares, yo bajé mi mochila y tomé asiento, miro alrededor y veo a Gizah leyendo sus apuntes algo preocupada, esa niña no aprende más, paso los ojos sobre cada uno de mis compañeros y me pregunto ¿Qué es lo que estarán pensado? ésta es la última parcial que rendimos antes de los exámenes finales, por ende nos juntan a todas las secciones para mezclarnos y evitar los fraudes, en algunos se ve la desesperación, en otros hasta es palpable que no están preparados para éste examen, sin embargo igual sonríen, o intentan estudiar a las apuradas, una actitud nada aceptable para mí.

Nunca me importa donde se sienta Helios, empero esta mañana lo veo y me percato que está enfrente mismo, en una esquina, en su rostro no hay expresión alguna... quisiera a veces ser así, y evitar morderme la lengua con mis sentimientos a flor de piel. En mi cabeza aún retumba la noticia de ésta mañana, dejándome un hueco en el alma.

Bajo la vista hasta mi mesa y me pregunto ¿QUÉ TAN INJUSTA ES LA VIDA CON TODOS NOSOTROS? yo estoy aquí, apunto de rendir, en un colegio pagado, mientras una familia está afuera sufriendo la pérdida de un ser querido, es imposible evitar el sabor a hiel que se apoderó de mi alma... En definitiva, la humanidad es un asco, sólo espero que vuelva esa bonita intuición que me inundaba esta mañana antes de ser invadida por esta horrible sensación de culpa y odio. 



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