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História Mi Mundo - Capitulo 6


Escrita por: HeySoyLuna

Capítulo 6 - Capitulo 6


Fanfic / Fanfiction Mi Mundo - Capitulo 6

CAPITULO 06

Me quede unos minutos observándolo, era tan lindo. Él me desesperaba, en todo sentido. Me controlé y me acerque.
–Hola! Ya nos vamos?- dijo sacándose sus lentes de sol y dejando a la vista sus ojos . Le rogué a Dios para que él se vuelva a poner esos lentes, no iba a poder controlarme con esos ojos a mi lado durante todo el camino.
–Hola, si claro! Vámonos.
–Sube.- dijo señalando el Jeep Renegade Roja.
–Es tuyo?
–Sí claro.
 –Qué raro ver a un chico de ciudad con una de estas.
-Que tiene de malo? Y no soy un chico de ciudad.- dijo como ofendido.
–No tiene nada de malo, pero nose, me sorprende.
–Mi abuelo tenia uno y siempre me llevaba en él a la montaña a escalar. Desde chico ande en jeeps, así que cuando tuve que elegir uno no tenía otra opción.
–Eso lo explica. Si alzas tu mirada no vas a encontrar ninguna jeep como esta acá.
–Yo soy único, y acá todos conducen autitos finos y delicados.- tenía toda la razón, él era único.
 –Y si, a mi me encantan las jeeps!- dije mientras me sentaba en el asiento del copiloto. Saco sus llaves y se puso de nuevo sus lentes. Le agradecí a Dios por haberme escuchado.
–En serio? Y porque no manejas?
–La verdad nose, nunca me enseñaron y prefiero que me lleven y me traigan.
–Que engreída resultaste.- Odiaba con todo mi ser que me digan engreída.
–No soy engreída, solo que es más fácil.
–Como sabias que esta era una Jeep Renegade? Te gustan los autos?
–No es que me gusten, Lio me paraba llevando a todas las ferias de camionetas antes de comprarse la suya. Con el tiempo empecé a reconocerlos.
–Ah ok, y que maneja él?
–Tiene una Range Rover sport.
–Sin duda eligió bien.
–Con todo lo que buscó, tenía que elegir bien. Él dice que es el amor de su vida.- dije riéndome.
–Los hombres tenemos sentimientos encontrados hacia nuestros vehículos.- dijo.
–Jamás comprenderé como pueden amar un auto.
–Tú no amas algo material?- pensé en su pregunta.
–Si claro, yo amo a Matías.- se sorprendió y volteo su vista hacia a mí por unos segundos y después regreso a la autopista.
–Quién es Matías?
–Te lo enseñaré cuando lleguemos a mi casa.- su expresión cambio.
–Ok, son muy amigos no?
–Con quien? con Matías?- no entendí su pregunta.
–No no, con Lio.
–Si claro, lo conozco desde que tengo 6 años. Se puede decir que es mi único amigo y mi hermano.- recordé su comentario en la mesa. –Porque decías que yo no era una hermana para él?- Michael tenía la vista fija en la autopista. Manejaba bastante rápido pero a lo máximo que se podía, no rompía ninguna infracción.
–Nose por lo poco que he visto me he dado cuenta que es medio celoso.
–Sí, lo es. Pero son los celos protectores.
–Eso es cuento chino.- me incomodo sus comentario.
–Porque lo dices?
–Una mujer y un hombre no pueden ser amigos sin sentirse algo atraídos hacia la otra persona.- yo pensaba igual que él, pero la excepción a eso siempre fue Lio.
–Yo no me siento atraída hacia él, si me gustara se lo diría o trataría de estar con él. No aguantaría tantos años a su lado si estoy enamorada.
–Esa eres tú, pero él?- No tenía sentido lo que decía, era mi Lio. Lo conocía muy bien, él podría estar con quien quisiera y lo ha estado. Solo éramos amigos.
–Mejor no hablemos de esto, que creo que pensamos diferente.
–Está bien, de que quieres hablar?- se daba el gusto de preguntarme que quería hablar. Cualquier otro chico no hubiese parado de sacarme información. Como él se hacía de rogar y con una naturalidad tremenda.
–Nose, ya estamos por llegar. Ustedes no entrenan hoy?
–No, en dos semanas empieza el campeonato. Así que esta semana estamos en descanso, ya que arrancamos con todo el lunes.
–Ah ok.- Nos quedamos en silencio cuando ya se veía de lejos mi casa.
–Bueno señorita, sana y salva.- dijo con una gran sonrisa mientras aparcaba en el estacionamiento principal y se sacaba sus lentes de sol. Oh Dios, porque me hacías esto? No podías dejar que siga con sus lentes?
–Gracias por traerme. Me incline para darle un beso en la mejilla. Su aroma era embriagador, era tan refrescante. Giré para abrir la puerta y sentí su mano encima de la mía. Sentí como mi sangre corrió desde mis pies hasta mi cabeza, sentí una chispa de emoción desconocida.
–Espera.- gire a verlos y tenía esos ojos en mí. No podía decir nada, se me fueron las palabras. Así que solo me limite a hacerle un gesto en mi rostro como para que sepa que lo estaba escuchando. -Me dijiste que me ibas a presentar a Matías cuando llegáramos.- me reí.
–Listo, sígueme.- me baje de un salto de la jeep y camine hasta el almacén que estaba a unos metros de mi casa. Él caminaba detrás de mí, observando todo con detalle. Abrí el portón y entré. –Vamos entra.- Camine hasta mi soporte de tablas. –Estos son mis tesoros.- él se rio.
–Woww, tienes un montón!
–Tengo 12, pero acá solo hay 10.
–Woww, tu amor son tus tablas?
–Pero por supuesto. Cada una es especial.- se empezó a reír.
–De que te ríes?- dije entre risas porque se veía hermoso.
–Tú sí que eres diferente.
–Sé que soy diferente, pero porque lo dices tú?
–Porque cualquier chica me mostraría su colección de zapatos o algún auto delicado. Pero tú me muestras tus tablas, las cuales son asombrosas, pero igual es raro.
–Piensas que es raro porque aún no has visto a Matías.
–Muéstramelo.- Saque una de las tablas que tenía funda.
–Podía haber apostado que ese era Matías, es el único con funda. Se nota que lo cuidas mucho.
–Yo todo lo que amo cuido.- se lo dije mirándolo a los ojos y con seriedad en cada palabra.
–Que bueno saberlo.- dijo con una pequeña sonrisa. Deje de perderme en sus ojos y me agache nerviosa para abrir la funda. No pude porque se había atorado, él se agacho y tomo mi mano y me ayudo a abrirlo. Lo tenía más cerca que nunca. Su aroma, sus ojos, me adormecía al verlo. Puse todo de mí para ponerme de pie y continuar. Me pare y lo saque de la funda.
–Y qué opinas? No se merece ser amado?
–Me encanta el detalle de las 3 estrellas y el fino delineado azul. Qué tipo de tabla es? – dijo mientras la sostenía.
–Es una Gun Hawaiana, es mi única tabla personalizada. La mande a hacer en mi viaje a Australia hace como 5 años.
–Como es eso de personalizada?
–Es cuando las hacen en especial para tus medidas. Fui a la casa de unos tablistas mayores que ahora se dedican a hacer tablas, las hacen con sus propias manos.
–Y tú elegiste el diseño?
–Si claro! Yo lo elegí.
–Y porque las 3 estrellas azules?
–Por las 3 estrellas de mi vida. Mi mamá, Caro y Karol.
–Y tú papá?- mi expresión cambio. Mi papá es un tema al cual no me gusta llegar.
–Discúlpame si te incomodo mi pregunta.
–No es que mi incomode, es que nunca hablo de mi papá.
–Y porqué?
–Porque no sé nada de él.
-¿Cómo es eso?- empecé a guardar mi tabla. Y camine hasta la mesa que había en el almacén, sentándome en una de las sillas. –No tienes porque contarme, no te sientas presionada porque yo te conté sobre el mío.- no me sentía presionada, pero quería contárselo.
–Pasa que mi mamá jamás nos habló de él, y cuando éramos más chicas le preguntábamos y se incomodaba se ponía triste. Desde entonces jamás volvimos a tocar el tema.
–Y nunca te dio curiosidad por saber quién es? No has averiguado nada?.
–Para mí, mi padre es mi abuelo. Llevo sus dos apellidos, él me crió toda mi vida.- su mirada era de forma delicada, con mucha ternura. Acercó su silla un poco más a la mía y acomodo su brazo sobre mi espalda acomodándome sobre su pecho y su hombro. Si hubiese sido cualquier chico, hubiese tratado de alejarme. Pero me sentía tan cómoda apoyada en él que no quería que se alejará. Inclinó su cabeza para verme a los ojos.
–Estás bien?- me dijo con una voz muy suave.
–Perfecta.- Y era tal cual, estaba perfecta a su lado. No necesitaba escuchar nada, me sentí tan débil y tan ridícula por sentirme así. No tenía idea de cuánto tiempo había pasado.
–Sabes, eres tan difícil de descifrar.- no entendía porque decía eso. –Te ves tan autosuficiente.
–Por qué lo dices?
–Porque le muestras al mundo entero que te vales por ti misma y le pones muros a todos los que se te acercan. No entiendo porqué me dejas acercarme a ti.
–Yo tampoco lo entiendo.- dije alejándome de él.
–Espera, pará! No me entiendas mal, no quiero decir que te alejes, sino que no sé qué decirte.- no entendía nada, lo único que entendía era que él estaba loco.
–Y tú?
–Que hay conmigo?
– Yo No te entiendo.
–Y porqué?
–Eres el único chico que hasta ahora no ha intentado nada conmigo. Me hablas como si fuese cualquiera.- exploté y salí del almacén caminando hacia mi casa, él corrió para alcanzarme.
–Crees que no me importas? Crees que no quiero estar contigo?
–No creo nada, eres insoportable.
–Soy insoportable porque no me comporto como todos los idiotas que han estado atrás de ti?- ahora si estaba enfurecida. Era un imbécil. –Yo no quiero estar contigo por como luces, me importas por cómo eres.
–No me conoces Michael.
–Sí, si te conozco. Te gusta hacer tus cosas por ti sola, te pones nerviosa cuando te miran con deseo, tienes una debilidad hacia tus hermanas como de protección, odias perder, eres engreída y no te acercas a las personas porque simplemente amas tanto tu vida que no quieres compartirla.- dijo indignado.
–Soy una porquería, que haces acá todavía?
–No me entiendes?
–No, no te entiendo. Vete.
–No quieres que me vaya.
–Que quieres de mi Michael?
–Quiero simplemente entender porque yo?
–Te juro que no te entiendo.- me estaba matando, no entendía que quería y me miraba fijo con esos ojos de decisión.
–Porque aceptas que me acerque a ti?
–Solo acepte que me traigas.
–Pero no es solo eso. Porque regresaste anoche cuando te conté lo de mi papá?- se empezó a acercar un poco más a mí.
–Nose, es mi casa. Simplemente fui, esta tan mal?
–Crees que no sé cómo eres. Jamás te acercaste a un chico en la universidad.
 –Basta Michael, no eres tan especial. Déjame en paz.
–Dime eso mirándome a los ojos.- y se paró frente a mí. Él me estaba volviendo loca.
–Son tus malditos ojos mieles. No me mires así.- soltó una risa.
–Te conozco hace 4 días, y nunca quise con tanto deseo besar a alguien.- dijo mientras me envolvía con sus brazos y me apretaba contra él.
–Eres consciente de lo loco que estás? De decirme engreída y egoísta pasaste a decirme que quieres besarme. Suéltame ahora.
–Estás segura?- él era mi locura, hacia que lo odie y que le tenga un deseo inmenso. Soy una completa idiota a su lado. Lo tenía al frente, a centímetros de distancia mirándome fijo a los ojos y con sus manos en mi cintura empujándome hacia él. Como podía lograrlo? Escuchamos un fuerte ruido de motor. Los dos giramos y era el Range Rover de Lio. Apoyo su frente en mi mejilla susurrando muy despacio.
–Justo ahora tenía que llegar.- No pude no sonreír al escucharlo decir eso. Ya que por mi mente paso lo mismo. Me soltó muy lentamente. Pero aún tenía una de sus manos en mi cintura.
–Hola Valen.- dijo Lio mirándome como confundido. –Pasa algo?
–Hola Lio, nada no te preocupes. Solo conversábamos.
–Michael.- dijo mirándolo a las justas y con desgano.
–Hola!- dijo Michael relajado.
–Pensé que solo te iba a traer.- me dijo fijo mirándome a los ojos.
–Sí, pero le hable de Matías y quería verlo así que entramos.- dije extrañada por su expresión de fastidio.
–Ah ok! Ya lo viste supongo que ahora te irás.- le dijo. Michael cambio su expresión relajada a una de incomodidad.
–Me iré cuando Valen quiera que me vaya.- Lio sin duda lo estaba botando.
–Tranquilo Lio, él no tiene porque irse.- gire a ver a Michael y una sonrisa se formo en su rostro.
–Gracias Valen, pero ya estuve bastante rato y tengo algunas cosas que hacer. Gracias por presentarme a tu amor. Espero algún día verlo en acción.
–Cuando quieras. Él y yo siempre estamos en forma.
–Perfecto, quedamos mañana entonces.- Se acercó y me dio un beso muy tierno en la frente. Me susurró al oído cuando se alejaba. –Tenemos una conversación pendiente.
–Dalo por hecho loco.- se rió. –Chau Lionel, un placer verte.- dijo con una voz muy irónica cuando subía a su jeep. Arrancó y se fue. Me quede mirándolo olvidando la presencia de Lio.
–Que te sucede?- me preguntó.
–Nada, que te pasa a ti? Llegaste y prácticamente lo botaste.
–Y que tiene de malo? Siempre lo hice.
–No quería que se vaya.- le dije caminando hacia mi casa.
–Qué? Te gusta?- dijo mientras corría para alcanzarme.
–No lo sé, pero quiero descubrirlo en paz. Y no me la estás haciendo fácil.
–Que quieres que haga? Siempre saliste con chicos y yo siempre he sido igual y nunca me dijiste nada. Estoy acostumbrado a tratarte y tratarlos así.
–Tienes razón, pero esta vez es diferente.
–Y porque es diferente?
–Porque él es diferente y me interesa conocerlo.
–Y porque?
–No lo sé Lionel.
–Oye!.
-Déjame en paz!- grité mientras subía las escaleras hacia mi habitación.



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