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História Sueños de sangre. - Capítulo Dos.


Escrita por: ArySakamaki-32

Notas do Autor


Hola a todos los soñadores que lean esto. Espero que el libro les esté gustando y si es así me alegra mucho.
Continúen con su lectura.
Besos: Ary.

Capítulo 3 - Capítulo Dos.


Fanfic / Fanfiction Sueños de sangre. - Capítulo Dos.

Al siguiente día James subió a la habitación de Elena, dispuesto a despertarla. Meció el bulto bajo las cobijas.

–Vamos, bella durmiente, despierta aún hay clases.– decía James tocando el bulto.

Él, extrañado de no escuchar sus quejidos quitó las cobijas. No estaba ahí. James sonrió mientras acomodaba la habitación de su hermana.

–Esa niña...– suspiró y al terminar salió de la habitación, encima de la almohada había una nota:

Estoy entrenando, si es hora dedespertar y aún no llego hagan el favor de pedir mi tarea en clase.
Att: Elaine.

No era un secreto que a Elena no le gustara su nombre real y prefiriera Elaine, pero de todas formas su padre y hermanos la llamaban por su nombre en cada mundo.

Abajo sus hermanos esperaban.

–¿Y Elena?– preguntaron Deborah y Darrel, los otros dos hermanos de Elena al unisono.

James seguía sonriendo. Haría lo que la nota decía porque la quería demasiado y admiraba que esa niña entrenara tan duro.

–No irá a la escuela por hoy.– contestó.

Todos sonrieron de lado mientras salían de casa. Su padre Victor en cambio tampoco se encontraba en casa ni en su trabajo.

–Al parecer duras un poco más en la pelea.– notó Viadel esquivando los golpes de Elaine que cada vez eran más firmes.

Ella sonrió halagada. Había entrenado durante tres días imaginarios que equivalían a medio día real. En el mundo imaginario incluso el tiempo pasaba de forma diferente. 

–He estado entrenando mi rendimiento en las luchas.– explicó ella lanzando otro golpe.

Viadel detuvo el golpe y sacó un par de espadas por las manos. Elaine tenía la respiración agitada y aún sudaba. Su padre igual que en todos los entrenamientos se veía relajado.

–Momento de subir el nivel.– indicó él lanzando un golpe con una de las espadas. Elaine hizo que su brazo se convirtiera en metal y detuvo el golpe. –El enemigo en batalla siempre contará con un arma, nunca estará indefenso, no importa nada él siempre tendrá un arma a su disposición.– lanzaba golpes al hablar y aún así no se veía cansado, Elaine por el contrario se estaba cansando.

Ella evitaba cada golpe con agilidad a pesar de estar cansada, tenía que resistir «Debo ganarle, debo defenderme bien» se repetía en la mente.

Su padre dio un golpe contra su estómago. Recibió una pequeña cortada que sanó instantaneamente. Elaine, cansada de evitar golpes imitó a su padre y sacó dos espadas por las manos. Una pelea de espadas comenzó entre ambos.

Viadel sonrió. –Eres una gran espadachín.– elogió él –Te pareces a tu madre.– al decir eso Elaine sonrió.

La pelea continuó, ambos no parecían acabar pronto. Elaine cayó gracias al cansancio.

–L-Lo siento, solo...necesito descansar un poco más.– Viadel, al comprender que su hija no tenía tanta energía suspiró.

Devolvió las espadas a sus manos. Dio unos pequeños golpes a la espalda de Elaine.

–Tengo que enseñarte una técnica nueva.– dijo haciendo que ella se reicorporase.

–¿Cuál técnica?– preguntó confusa ya que creía saberlas todas, también las de otros reinos. Incluso las de oscuridad.

Viadel se colocó los guantes negros que solía usar siempre, miró a Elaine y los teletransportó al bosque. A la casa de campo donde solían entrenar antes.

–Quiero que a partir de hoy, medites durante estos dias.– señaló a la orilla del río que se encontraba ahí –Vas a recordar todos los momentos de tu vida y al terminar seguiremos con la técnica.

Elaine asintió con determinación. Se sentó en la orilla del río y cerró los ojos. Había meditado antes, esa era una forma de que muchas técnicas funcionasen así que eso no le extrañaba. Lo que le extrañó fue escuchar un grito cerca de ahí.

Abrió los ojos de golpe, miró a su padre. Él asintió. Sabía que eran los guardias, su aroma estaba invadiendo el lugar.

Se colocó un antifaz y acomodó su cabello haciendo que se viera mas corto. Preparó su voz para sonar como chico. 

–Quédate aquí, papá.– su padre abrió los ojos de sorpresa por la voz.

Buscó el origen del aroma, al encontrarlo quedó anonanada. Eran los guardias con otra chica. Apretó su puño entorno a la empuñadura de su espada. «Qué despreciables» pensó ella creando un hechizo de ilusión que ocultara su pecho.

–Vamos pequeña, no te haremos mucho daño si solo cooperas y nos satisfaces a todos.– dijo uno de los guardias tomando la mano de la chica y acariciando su pierna yendo hacia arriba.

Una daga hacia su mano lo detuvo. Elaine se quedó inmóvil, no había sido ella. Aquel aroma extra no parecía ser de alguien a quien ella conociera. Pero algo si sabía, a parte de ser un aroma agradable, era un chico.

–Vaya, al parecer en el reino no todos son puros como la luz.– habló una voz cerca de la posición de ella.

Ella miró hacia el origen de la voz. Era un chico igual con antifaz y que en ese momento tenía una sonrisa arrogante.

El guardia con la mano atravezada arrancó la daga de su mano y esta sanó rapidamente. El chico bajó y con un ademán hizo que la chica fuera hacia él sin necesidad de acercarse.

–¡Vayan por él!– ordenó el guardia con la daga en las manos.

Todos los demás corrieron hacia él. Aquel chico guiñó un ojo hacia la chica, Elaine rodó los ojos, y observó cuando comenzó a luchar. Tenía muy buenos movimientos, sus golpes tampoco estaban mal.

En cuanto un guardia fue contra él por la espalda apareció ella. Golpeó al guardia y se unió a la pelea.

–Vaya, gracias...amigo.– agradeció el chico mirándola de reojo.

Ella volvió su mirada a la chica, al verla indefenza creó clones y ellos cuidaron de ella.

–Si vas a salvar a alguien deberas dejarlo con protección.– reprochó ella con enfado. El chico la miró sorprendido.

–Bueno, al ser mi primera vez no tenía idea, lo siento.– dijo el chico.

La pelea continuó hasta que Elaine logró llevarse a la chica de la escena. 

–¿Estás bien?– preguntó aún con su voz de chico.

Escuchó un sonido. Vio hacia atrás. Era el chico de hace unos instantes. 

–¿Asi que primero interrumpes mi pelea y después te llevas a la chica?– ella sonrió hacia la chica ignorandolo a él.

–Que bien, vete a casa y trata de cambiar tu apariencia para que no te encuentren.– la chica ruborizada asintió mientras se iba.

Ella miró al chico con enfado. 

–Realmente eres patético.– después de decir eso desapareció yendo hacia la cabaña.

Su padre ya no estaba ahí. Ella solo se sentó, cerró los ojos y comenzó a meditar recordando todo lo que podía.

Tenía que ser fuerte. Tenía que ser como su madre.



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